Hubo un día, en que creímos que no volvería, en que diseñamos en la mente dispersa y perdida que, quizás, la idea Carnavalera que los sueños fundían, jamás regresaría.
Soñamos con el inicio de la era de colores y serpentina como si de un momento lejano se tratase, viendo a lo lejos aquella luz arco iris rodeada de los hermosos disfraces desde el brillo y la total alegría.
Ella… la curva que todo lo arregla… La fiel seguidora y eterna postura que definen nuestros Carnavales. Las semanas inmensas de risas, fiestas y refranes que inventamos en los previos cantares de las murgas y sus pilares, que forman y transforman la esencia de lo nuestro, lo que realmente nos deshace y nos hace fieles seguidores de todo ello y de todo este cimiento que llamamos Carnavales.
Ellos… los protagonistas esenciales, los que cada año nos recuerdan que la vida es eso, que se borran las penas saliendo siempre ilesos y que el tiempo que conviven en febrero, nos traslada a ella, a la eterna sonrisa feliz repleta de risas escuchadas por el mundo, el planeta que observa con anhelo lo bien que lo pasamos aquí, en este paraíso sinfín de dónde son los verdaderos Carnavales, de este lugar del mundo dónde sólo surge la sonrisa del «sí» y dónde no existe el parar mientras dure el Carnaval y sus vendavales.
La Orotava es justamente así, es poder sonreír y pasear entendiendo el por qué de su aire y por qué es imposible dejar de respirarlo cada día, reuniendo todos los ingredientes únicos, que unidos y de la mano, componen todo ese conjunto de aves que no frena jamás el vuelo ni se paran a observar el cielo.
La Orotava es color, es la perfecta armonía entre lo real y lo imaginable, bajo un azul de colores idénticos a la cantidad de sueños que alguna vez tuvimos o simplemente idealizamos.
La Orotava es alegría, pasear por sus calles, observar su luz y conversar con su gente, es una experiencia entrañable, hermosa y acogedora en cualquier momento del año, dónde lo más gratificante es conectar, hacerlo y comprender por qué ocurre y por qué solo ocurre aquí, en este municipio repleto de momentos de historia inaudita y visiones de flores.
La Orotava es Carnaval, si, lo es… Es un lujo al alcance de todos, es una invitación indefinida y sin punto de partida, dónde este municipio entregado y enamorado de la vida, nos ofrece, en un momento difícil inundado de esperanza; un soplo de nuestro Carnaval, todo él y desde la máxima templanza. Todos los momentos, que, aunque no igual, llegarán a su manera en forma de alabanza.
Y aquí te lo mostramos de nuevo, aquí te reencontrarás con #tucarnaval, con tus anhelos y tus recuerdos que no olvidarás jamás y con todos los momentos y la emoción familiar de disfrutarlo sin parar, sin límites ni puertas que cerrar, con toda la libertad y el disfrute eterno y como siempre, con una total responsabilidad.
Y seguimos siendo así… exactamente igual, porque no somos diferentes, somos la misma gente, y no importa el tiempo que tarde… somos y seremos Carnaval.